domingo, 8 de enero de 2012

A, ante, bajo...

las horas son el minuto frío color verde, son nada. sus lagos se alejan cada vez más, los binoculares comienzan a empañarse por que está un poco caliente la lava... que terrible es comenzar a acostumbrarse a las erupciones, o simplemente que ya nada sea trascendental, sentir esa aguja en el pecho viendo los minutos correr sin que el agua venga de algún lado, no, solo se siente la aguja por los minutos... corren y corren sin prisa ni tampoco pausa... el aire, comienzo a olvidarlo, cae en el truco inerte de la monotonía y se pone cada vez más helado...(tal vez sea la razón de mi dependencia a los abrazos) todo está al revés, si los tiempos son difíciles de entender, entonces porqué la lava comienza a desparramarse hacia mi?, todo se acaba, lo terrible es que ya nada es trascendental, nisiquiera que me estoy quemando lentamente, esta anestesia como una navaja corta y seda todos los puntos cardinales que están dentro de mis poros, los amargos de Valdés se burlan de su propia amargura dentro de mi alma y su cello oscuro y vibrante me absorbe. Nada perdió su sentido, entre las palabras se sintió menospreciada, por eso la ocupo, la ocupo mucho porque nada es lo que mejor describe el color negro. Negro el carbón, negra la noche, negra mi mente.
http://www.youtube.com/watch?v=oSVbCFiVAO8